Media maratón entre palmeras

El pasado domingo 10 de marzo hice mi segunda media maratón. Para ello, elegí la más antigua del mundo: la de Elche. A parte de su longevidad, hay otros muchos motivos que me hicieron decantarme por esta bonita prueba. Todo ello y mucho más, os lo cuento en la entrada de hoy. ¡Vamos allá!

Un poco de historia sobre Elche

Los orígenes de Elche se remontan hacia el año 5.000 antes de cristo, en la era correspondiente al Neolítico o Edad Moderna de la piedra, período en el cual los primeros hombres empezaron a poblar la ladera noreste de lo que hoy conocemos con el nombre de La Alcudia (paraje de la localidad ilicitana). En dicho paraje, siglos después, apareció la mundialmente conocida Dama de Elche, escultura que representa a una supuesta sacerdotisa y que constituye una de las figuras más importantes del arte ibérico.

En la actualidad, Elche cuenta con tres bienes inscritos en las diferentes listas de Patrimonio Mundial de la UNESCO: el palmeral, la Festa o Misteri d´Elx y el proyecto pedagógico del Centro Cultural Tradicional – Museo Escolar de Pusol.

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Mi experiencia corriendo esta carrera

Tras poneros en contexto, llegados hasta aquí entenderéis la magnitud de esta prueba que, edición tras edición, contagia a miles de corredores del espíritu del atletismo. Sin embargo, a todo lo anterior me ha faltado sumarle algo muy especial: en Elche pasé mis años de estudiante universitario, formándome como psicólogo y conociendo a personas maravillosas. Por ello, correr por sus calles me permitió revivir muchos momentos del pasado y supuso una motivación extra.

Desde antes de empezar la carrera, mi objetivo era terminarla en menos de 2 horas. A pesar de que en mi primera media maratón (Santa Pola, enero 2023), hice un tiempo de 1 hora y 50 minutos, en esta segunda media maratón el perfil fue más complicado: más repechos que en Santa Pola, con lo que ello implica. Por lo tanto, me mentalicé de que si no mejoraba mi marca anterior no pasaba nada, porque tenemos que priorizar siempre las buenas sensaciones por encima de marcas obtenidas sufriendo más de la cuenta. Además, tuve en cuenta que siendo mi segunda media maratón, dos meses después de la primera, el margen de mejoría no podía ser muy elevado.

Sobre las 9:00 se dio el pistoletazo de salida, con la gente vibrando y llevándonos “en volandas”. Los primeros kilómetros mantuve un ritmo moderado, probando mis sensaciones. Gracias a la gran labor que hacen los corredores que llevan el cartel donde marcan el tiempo, pude tener una referencia temporal muy pronto: en el kilómetro 3 adelanté al corredor del cartel de las 2 horas.

Los siguientes kilómetros fui subiendo la intensidad, para mantener un ritmo más alto. No obstante, a partir del kilómetro 9, se avecinaba una buena pendiente de aproximadamente 2 kilómetros, con la que ya contaba y para la que me había mentalizado desde el principio. Sabía que entraba en el intervalo de las 2 horas, por lo que tal vez, una vez pasáramos ese duro tramo, me podría plantear buscar al corredor que llevaba el cartel de la hora y 50 minutos.

Una vez alcanzamos la parte más alta del circuito, sobre el kilómetro 11, pude ver, a lo lejos, al corredor de la hora y cincuenta minutos. Aprovechando la bajada, traté de recuperar las buenas sensaciones del principio y me mantuve en un pequeño grupo de corredores que llevaban buen ritmo.

En el kilómetro 13 mi gestión de la carrera cambió: era el momento de tomarme un gel y de mantener el ritmo sin perder de vista el punto de referencia de la hora y 50 minutos, pero sin presionarme por alcanzarlo: todavía nos quedaban 8 kilómetros y no era conveniente “quemar” todos los cartuchos antes de hora. Tras tomarme el gel y alcanzar el kilómetro 15, era el momento de volver a subir el ritmo para alcanzar el punto de referencia de una hora y 50 minutos.

En los últimos kilómetros, llegamos a una zona muy bonita, llena de palmeras, muy cerquita del Barrio “Los Palmerales” de Elche. Fue ahí, precisamente, donde pude acercarme al punto de referencia y mantenerme con él los últimos 3 kilómetros de carrera. Esos 3 kilómetros fueron tremendos, porque tenía la certeza de que no sólo iba a terminar la carrera por debajo de las 2 horas, sino que, además, la podía terminar por debajo de la hora y cincuenta minutos. Finalmente, entré en meta con un tiempo de 1 hora y 49 minutos, mejorando mi marca anterior obtenida en la Media Maratón Internacional de Santa Pola.

En este tipo de carreras, la parte psicológica juega un papel muy importante. Es mucho tiempo el que empleamos para recorrer los 21 kilómetros que forman parte de este tipo de pruebas. Hay muchos factores que influyen en el resultado y tenemos que gestionar diferentes variables. Por eso, no solo es importante ponerse en manos de buenos preparadores físicos: también sería preciso entrenar la parte psicológica, para que, en definitiva, podamos disfrutar de nuestro deporte favorito: el atletismo.

Espero que mi experiencia en la Media Maratón de Elche os haya gustado. Por supuesto, os recomiendo mucho esta carrera, pues es la más antigua del mundo, la organización es sensacional y recorrer las calles de esta maravillosa ciudad es una experiencia que, muy probablemente, nunca olvidaréis.

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